Quizás alguno al leer el artículo de Clément Lécuyer, transcrito en un post anterior, sobre la unidad que debe reinar entre los que sostienen la lucha sedevacantista que pretende establecer en los espíritus una verdad muy simple pero de enormes consecuencias que el lector podrá muy bien adivinar: LA SEDE DE PEDRO ESTÁ VACANTE porque está ocupada por usurpadores. Junto con esta verdad, existen otras que llevan los daños que vemos en la iglesia conciliar, a un grado aún mayor: Junto con la vacancia de la Sede se ha dado desde 1969, la invalidez de los Ritos de Ordenación, cuya consecuencia a su vez es la falta de sacerdocio en todos sus grados, la falta de Sacramentos, la inexistencia de una verdadera Misa y en suma la ocupación de la Iglesia verdadera por una Secta extraña que LA ECLIPSA, que además profesa abiertamente innumerables herejías no sólo en su cabeza sino en todo el cuerpo social
Ésta es, muy resumida, la trágica situación de los católicos, ante la cual se separan entre sí, buscando explicaciones, en las posiciones que actualmente vemos, en todo el arco del catolicismo actual: HERIRÉ AL PASTOR Y SE DISPERSARÁN LAS OVEJAS.
Una de estas divisiones es la que separa a los sedevacantistas genuinos de aquellos que profesan un SEDEVACANTISMO sui generis que es el que se ha venido en llamar “materialiter” o de “Cassiciacum” por profesar la tesis del mismo nombre, por una contingencia que no tiene nada que ver con San Agustín, como pudiera parecer por el nombre.
Aunque Clémente Lécuyer parece sugerir que tal división es de escasa importancia, pues permitiría emprender una lucha común, muchos no están de acuerdo con esta suposición, juzgando que tiene consecuencias importantes en la estrategia y en las esperanzas de la resolución de la crisis, y aunque no fuera así en la pureza de la Fe.
En el blog se ha tratado este asunto en posts que versan sobre la “tesis”, que el lector puede visitar en orden a hacerse una idea de todo ello con cierta amplitud.
El escrito de Lécuyer que hemos trasladado al blog, ha sido refutado extensamente en el sitio al que un tanto ásperamente aludía Lécuyer: CayholicaPedia Blog.
Pero lo más importante es que trae en formato HTML dos artículos magistrales de Davidoglou, titulados así
Yo aporto el documento en PDF en el enlace siguiente que por estar en francés quizás no pueda ser asequible a muchos pero que recomiendo, incluso en este caso, que no se priven de echarle una ojeada. La altura de la “disputatio” es notable en el intento de demostrar la falsedad de dicha tesis.
Yo sostengo, contra Lécuyer, que estas cosas se pueden y se deben debatir en orden a una aproximación mejor y mayor a una más pura Fe Católica. Tampoco carece de consecuencias prácticas a veces importantes.
Naturalmente todo puede hacerse dentro de las exigencias insoslayables de la caridad, la humildad personal, y su consecuencia que es la paz y la unión de los espíritus, “en un solo ánimo y un solo corazón” para sostener la lucha en lo que sea posible y que no se debe despreciar. Aunque lo deseable sería profesar un sedevacantismo legítimo, que yo defino por la aceptación del magisterio de los papas, ordinario y extraordinario, no por ello deben despreciarse los esfuerzos realizados por aquellos que se apartan de ello, a veces con consecuencias negativas en la pureza de la Fe, pero que contribuyen de alguna manera a la regeneración del cuerpo social católico. ¡Nuestra Señora de La Salette, Restaura la Iglesia!
He aquí el documento que intenta refutar la tesis que, por otra parte, es algo nuevo y nunca oído en la Tradición y en el pasado de la Iglesia.
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